El comienzo
El ser humano fue creado por Dios para vivir en una continua relación con él. Además, Dios puso en manos de la humanidad todo cuanto había creado para que lo cuidara y disfrutara de ello. En ese comienzo hubo bienestar y perfecta armonía, tanto en la naturaleza como en el propio ser humano. Había una hermosa convivencia y un estado de paz con Dios.
El fracaso
En un momento determinado, el ser humano quiso seguir su propio camino, dándole la espalda a Dios y entregándole la dirección de su vida a Satanás. Así fue como entraron en el mundo todos los desastres que ahora conocemos. Las enfermedades, las desigualdades, el hambre, las guerras, la miseria, los sufrimientos, el temor y la muerte, son la consecuencia de la separación entre Dios y la humanidad. Cosas como el egoísmo, los malos pensamientos, el odio, la envidia, etc., son la prueba de que existe aquello que la Biblia llama “pecado”. Es por el pecado que cada persona está condenada a vivir separada de Dios eternamente. Separados de él en un lugar de sufrimiento, que fue preparado inicialmente para el diablo, pero adonde él, a su vez, intenta arrastrar consigo a todos cuantos pueda.
La solución
No había ninguna forma humana de cambiar esta situación. Según la Biblia, no hay nadie lo suficientemente justo o bueno, como para poder acercarse a Dios. Por eso vino Jesucristo. Alguien debía sufrir las consecuencias del pecado. Alguien debía quitar de en medio aquello que nos separaba de Dios, muriendo en nuestro lugar. Él se ofreció como sacrificio por nuestra rebelión, para permitir que nuevamente pudiésemos tener paz con Dios. También cargó sobre si mismo nuestras enfermedades y dolores, para que ahora creyendo en él podamos ser curados.
Vida nueva
Jesucristo murió y resucitó para que hoy puedas recibir libertad, paz, felicidad, en definitiva, para darte una vida completamente nueva. No se trata en absoluto de convertirse en una persona religiosa, sino de seguir a Jesucristo. En el momento en el que tomamos la decisión de permitirle a él que dirija nuestras vidas, algo nuevo comienza. La Biblia habla de un nuevo nacimiento (Juan 3.3). Es una VIDA NUEVA, una VIDA ABUNDANTE, que solo Jesucristo puede dar. Nadie escapa a la necesidad de experimentar la solución que Dios tiene para nosotros. Todos
necesitamos la salvación en Jesucristo. Te animamos a tomar HOY la decisión de recibirle, de creer en él como el Señor y Salvador de tu vida.
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