‘Ocultismo’ proviene de la palabra latina occultus, y significa: «algo escondido o secreto». Tal como el propio nombre indica, se trata de cosas ocultas a la luz de Dios. Esto incluye toda actividad contraria a la tradición cristiana verdadera, la cual advierte del peligro de involucrarse en actividades como la magia, la adivinación, el espiritismo, la teosofía y algunos tipos de exorcismo. Esta es la verdad sobre el ocultismo, a partir de mi propia experiencia.
La Sociedad Teosófica, fundada por Helena Blavatsky, en Nueva York, consiguió que ciertas formas de ocultismo se hicieran populares en occidente. Dentro de esta misma corriente encontramos a Alice Baily, inspiradora de la llamada Nueva Era. Durante mi juventud, comencé a interesarme por estos temas y sus prácticas, incluyendo otras como la meditación transcendental. Lo que yo desconocía, por completo, es que me estaba conectando con el mundo espiritual oculto.
Recuerdo una ocasión, en la que yo estaba tranquilamente escuchando música clásica, cuando de repente, un poder, o espíritu, tomó el control de mi mente, incitándome a realizar cosas que no deseaba hacer; me negué y salí huyendo de mi cuarto. Entonces, el mismo espíritu se apoderó de todo mi cuerpo, obligándome a subir unas escaleras para lanzarme desde la azotea del edificio. Mientras me encontraba en esa desesperada lucha, recordé lo que mis padres me habían enseñado años atrás, y en voz alta pronuncié: JESÚS. Inmediatamente, el poder que me dominaba salió y una luz me rodeó, al tiempo que tuve una experiencia sobrenatural en la que percibí la habitación que había dejado y, asimismo, la seguridad de que podía volver sin peligro.
La verdad sobre el ocultismo
En ocasiones, el ocultismo se introduce por medio de juegos que se practican por curiosidad. Mi mujer cuenta, que, en su escuela, solían encerrarse varias personas dentro de un cuarto oscuro, pidiendo, de manera audible, que manos sangrientas se manifestaran. Cuando esto sucedía, todos salían corriendo, espantados, de ese lugar.
Al convertirnos a Cristo, mi esposa y yo, tuvieron lugar algunos sucesos extraños. Cada vez que ella leía la Biblia las paredes y el techo de nuestra casa sonaban. Nos habían enseñado en la iglesia que en el nombre de Jesús los demonios se van, por lo cual, nos fuimos por toda la casa echándolos fuera. Un tiempo después, mientras ella se encontraba sola en la cama, una mano se le apareció. Según cuenta, la sensación era repugnante, pero ella, sin pensárselo dos veces, ordenó que se fuera en el nombre de Jesús. Podría haber sido un sueño, o su imaginación, si no fuera porque, al mismo tiempo, todos los cristales de la habitación temblaron.
Cosas como estas no se pueden explicar pero, una cosa se, en nuestro caso, nunca más volvieron a suceder. Mi deseo, para todas las personas que están, o han estado involucradas en algún tipo de ocultismo, es que, por medio de la fe en el nombre de Jesús, esa influencia se vaya de sus vidas y no vuelva nunca jamás. No hay ningún poder que pueda resistirse a la autoridad de este nombre; ni siquiera los espíritus malignos. Tú también puedes tener esta misma fe.
Ivar Svensson
Pastor Evangélico
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